¿Las vacunas contra la COVID-19 van a necesitar refuerzos?

Es posible que la protección de las vacunas menos eficaces contra la COVID-19 se desvanezca con más rapidez. La vacuna de Sinopharm tal vez ya esté mostrando algunas señales de este declive. Los ensayos clínicos indican que tiene una eficacia del 78 por ciento, pero los Emiratos Árabes Unidos y Baréin ya están ofreciendo refuerzos a las personas que recibieron la vacuna de Sinopharm para reforzar su inmunidad decreciente.

Los investigadores están buscando marcadores biológicos que puedan revelar en qué momento la protección de una vacuna ya no es suficiente para contener el coronavirus. Es posible que un nivel de anticuerpos determinado marque el umbral: si tu sangre tiene niveles por encima de ese umbral, estás en buenas condiciones, pero si está por debajo, corres un riesgo de contagio mayor.

Algunos estudios preliminares sugieren que estos marcadores, conocidos como correlatos de la protección, están presentes en el caso de las vacunas contra la COVID-19. Se está investigando para encontrarlos.

“Eso nos enseñará mucho”, dijo H. Clifford Lane, subdirector de investigación clínica y proyectos especiales del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos.

Es muy posible que necesitemos refuerzos para bloquear las variantes, pero eso aún no está claro.

La aparición de variantes en los últimos meses ha acelerado la investigación acerca de los refuerzos. Algunas variantes tienen mutaciones que las hacen propagarse con rapidez. Otras llevan mutaciones que podrían reducir la eficacia de las vacunas autorizadas, pero, en este momento, los científicos solo tienen un puñado de pistas sobre cómo funcionan las vacunas existentes contra las distintas variantes.

Por ejemplo, el mes pasado, investigadores de Catar publicaron un estudio sobre la vacuna de Pfizer-BioNTech, que se administró a más de 250.000 habitantes del país entre diciembre y marzo.

Los ensayos clínicos demostraron que la vacuna tenía una eficacia del 95 por ciento contra la versión original del coronavirus, pero una variante denominada alfa, que se identificó por primera vez en el Reino Unido, redujo su eficacia al 89,5 por ciento. Una variante identificada por primera vez en Sudáfrica, conocida como beta, la redujo aún más, hasta el 75 por ciento; sin embargo, la vacuna fue el 100 por ciento eficaz contra ambas variantes para prevenir la enfermedad grave, crítica o mortal.

source: nytimes.com